Más de 600 mil ocupados podrían perder su empleo en medio del tránsito a una economía más verde
OCEC UDP midió el impacto que tendrá en el mercado laboral la transición hacia una economía más sostenible. Los hombres son los que corren más riesgo de perder sus empleos.
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Dos efectos en el mercado laboral y, en algunos casos contrapuestos, tendrá la transición del país hacia una economía sostenible desde el punto de vista ambiental. Así lo estableció una investigación que realizó el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) y que distinguió entre los empleos que podrían potenciarse en este contexto, los denominados verdes, y los que están en peligro de desaparecer, los llamados marrones.
Los primeros corresponden a aquellos que se relacionan con actividades productoras de bienes o servicios que contribuyen a la sostenibilidad del medioambiente; mientras los segundos se vinculan con tareas que generan un daño al mismo, lo que en algunas situaciones ocurrirá ante la inexistencia de tecnologías alternativas.
Considerando los datos de la última encuesta Casen, el estudio de Juan Bravo y José Acuña permitió identificar que a 2022 en el país había 1.534.931 plazas laborales verdes, equivalentes al 16,7% del total; y 601.740, o un 6,5% del total, a marrones.
Al profundizar en el perfil, los datos permitieron constatar que el 21,7% de los verdes son ejercidos por mujeres, cifra que llega a 19,6% entre aquellas ocupaciones que podrían desaparecer.
Como contraparte, consigna la investigación, el riesgo de destrucción de plazas laborales podría recaer principalmente en hombres. La noticia positiva, es que esto sería contrarrestado por aquellas que se creen en la dimensión verde.
Para los investigadores estos resultados además de poner de manifiesto que las políticas destinadas a amortiguar los efectos colaterales negativos de la transición tendrán como destinatarios principalmente a hombres, también permiten dar cuenta de que “será un desafío exigente la inserción laboral femenina en este tipo de empleos”, que son los que tienen el potencial de expandirse en el contexto de la transición hacia una economía medioambientalmente sostenible.
El detalle de las cifras también indica que el 6,1% de los ocupados en empleos marrones ejerce ocupaciones de alta calificación, lo que contrasta con el 28,8% en los verdes y el 37,4% de los empleos neutros en este segmento.
Así, además de afectar en mayor medida a los hombres, la pérdida de ocupaciones también afectará fundamentalmente a quienes desempeñan roles de mediana o baja calificación. Para Bravo y Acuña esta situación podría “generar dificultades para la reinserción laboral de los trabajadores que pierdan sus empleos”.
Otro aspecto en el cual el informe da una alerta, dice relación con la informalidad, ya que los datos permitieron constatar la existencia de una “elevada precariedad” entre los empleos verdes, manifestada en una tasa de ocupación informal de 35%. Un dato significativamente superior al 29,9% entre los empleos marrones y al 25,1% registrado entre los neutros.
“Si bien la creación de empleos verdes es necesaria para la transición hacia una economía medioambientalmente sostenible es crucial que estos empleos sean de buena calidad y, a la luz de las cifras de informalidad laboral, claramente en la actualidad ello no está ocurriendo en una porción muy relevante de estos empleos”, dice el informe.
El otro riesgo
Bravo y Acuña también analizaron el impacto que tendrá el avance de la automatización en los empleos verdes y marrones.
Aquí, se corroboró que la prevalencia de ocupados en alto riesgo es levemente menor en los empleos verdes (24,2%) en comparación a los marrones (27,6%) y neutros (27%).
En concreto, hay un universo de 164.128 ocupados que se desenvuelven en empleos marrones que tienen alto riesgo de ser reemplazados por máquinas. Dentro de este grupo están los operadores de máquinas de movimiento de tierras, carniceros y pescaderos y mineros y operadores de instalaciones mineras.
Con relación a los empleos verdes, las cifras arrojan 521.164 ocupados que tienen un bajo riesgo de automatización, lo que deja a estos trabajadores “como los mejor posicionados en el contexto del avance tecnológico acelerado y la transición hacia una economía medioambientalmente sostenible, con potencial de expansión”, destaca el informe.